9.01.2012

Noches de verano.

Seguiremos matando horas que no existen,
palabras de blanca espuma
en un mar que todavía no nos pertenece.
Porque esta es nuestra verdad,
nuestra pequeña razón de ser.
Caminamos por un sendero que nadie ha dibujado,
perdemos el norte en una brújula con agujas arena,
resuenan en mi cabeza caricias no desmentidas todavía.
Puede que las recordemos algún día,
dudas que me atenazan y me guían,
mientras gritan a lo lejos
cosas que a ninguno de los dos nos interesan.
Recuerda el sabor de nuestro tiempo pasado,
dulces momentos compartidos
que no morirán hasta que los entierres.

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