7.03.2012

24/1/12

Hoy me he puesto a ver
algunas fotos viejas, y
no he podido reconocerme
en ninguna, os aseguro
que ese no soy yo.
Ahora arden bajo la mirada atenta
de los espías de un futuro incierto,
que dentro de unos años
darán fe de que yo
nunca estuve aquí.
Mientras tanto en la calle el viento azota
los altos árboles de cemento.
Silba y amenaza con tirar
por tierra todos los recuerdos
de lo que soy,
ante que aquello que algún día
seré.
Corren en la habitación
tiempos extraños:
me pierdo en noches de poco interés,
en las que se mueve mi vida
sin que yo me juegue nada.
Me sientro incómodo aquí,
cansado y aburrido
de la monótona seguridad que da
el día a día.
Es difícil caminar
sobre el suelo irregular
de lo improvisado,
pero así todo cobra sentido
para mí,
mi pequeña Biblia escrita
en páginas de humo y ginebra.
¿Quién (qué) seré yo
dentro de unos años?
¿Quién soy ahora,
qué busco y qué encontraré?
Una historia en cada bar,
mañanas de resaca y café.
Música en la intimidad,
"vida" cuando no tenga
nada mejor que hacer.

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