7.28.2012

Apoteósico.

El ambiente rezumaba el hedor ponzoñoso del sudor y la agitación. La lluvia chispeaba liviana sobre el asfalto donde fallecían cientos de latas de cerveza. La gente estaba pletórica. Ningún gesto de la naturaleza acompañaba tal fascinante excitación. Embriagados entre el éxtasis del aire y el hielo de las copas de plástico, observaban expectantes la tormenta musical que golpeaba los oídos de todos aquellos que tenían el valor de enfrentarse a una noche como esa.  Los músicos, ellos; los héroes, los responsables de tal euforia; descansaban en su trono musical, como si de reyes se tratasen. Cubiertos ante la lluvia, protegidos, situados en el alto del escenario. Y allí, abajo, nosotros, rendidos ante sus pies una vez más, sacudiendo el cuerpo en constantes vibraciones, perdidos entre el humo que surcaba una vez más el aire y en los cientos de colores que burbujeaban llenos de pasión sobre los cuerpos cargados de energía que se embestían, o simplemente bailaban, el son que los de “arriba” imponían, como si de una orden directa se tratara, un superior al mando dictando una norma básica más, pero qué importaba si éramos o no éramos más que simples marionetas. Lo único que allí importaba era el fuego que desprendía el ambiente, el fuego de los cigarros aposentados en las manos sudorosas del público, que, como si de una vela incandescente se tratase, se consumían poco a poco, entre caladas improvistas, tanto de la naturaleza como de su legítimo propietario. Los dedos meñique e índice de todas las manos del lugar se elevaban al cielo clamando que aquel momento durara para siempre, que se no disipase pasada la embriaguez, que los minutos fueran eternos para poder ser surcados una y otra vez, al ritmo salvaje del descontrol humano, el más puro instinto animal. Los ojos vidriosos y la sonrisa de oreja a oreja, así como las pequeñas gotas de sudor acumuladas en el pelo era la marca de todos aquellos que retaron al destino, se enfrentaron a la noche y bailaron una vez más el rock 'n' roll bajo la lluvia. 


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