Véase el ejemplo de los colores. Cada color,como todo en este mundo,tiene un nombre. Pero si nos fijamos en una de las tonalidades menos nombradas en el día a día,y que quizá también sea uno de los colores más vistos día a día,como es el carne,podemos ahondar en la siguiente idea:
El hecho de que se llame color carne es directamente proporcional al color de la piel de quién le puso nombre. Ese fue el hombre caucásico,el que bautizó el color que así ha perdurado desde aquella primera vez que fue nombrado.
Ahora bien,¿y si hubiera sido el hombre negroide el iluminado que le hubiese dado nombre a los colores?
El color carne,sería lo que conocemos por negro. Y lo que conocemos por color carne,pues tranquilamente podría haberse llamado color opresor,o color muerte. Claro que,seguramente el color carne actual no hubiese sido el color opresor de esta hipótesis,pues son los que mandan los que ponen nombres a las cosas.
Por eso el color negro es negro. Nigeria se llama Nigeria. Y el hombre negroide es negro.
Pero la vida es una lente capaz de recibir todos los colores conocidos,y los que aún no se han bautizado.
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