6.21.2012

El hombre sabio.

El uniforme del hombre sabio es una apariencia tranquila y noble,con medallas en forma de cicatrices e historias que poder contar. Sus arrugas nos enseñan el camino a la vida casi eterna,si nada raro sucede a medida que lo recorremos,y nos obliga a replantearnos qué calzado hemos de elegir para tan importante ruta,o cuál es el ritmo necesario para aguantar hasta el final.
Escuchar es más que un verbo a día de hoy. Recibir información y asimilarla para usarla correctamente es casi un don.
El hombre sabio tiene una lengua espesa,de densas palabras camufladas en sencillas oraciones que te llevan a pensar durante cuánto tiempo atrás fue un orador o un profesor,o un mandamás.
¡Qué oratoria casi divina,y qué locuaz para la edad que tiene!
El hombre sabio es un poeta de los placeres mundanos,y es a la vez la viva imagen de un más allá,que quizá no está tan allá,y está más acá. Él sabe de qué hablar en cada momento,y cómo hacerlo,y con quién hacerlo,porque sabe hacerlo.
El hombre sabio siempre dice que no dejará nunca de asombrarse,pues eso le hace sabio en sí,y no acomodarse en la mecedora de un presente que no avanza,acariciando las lecciones del pasado.
El hombre sabio siempre será sabio hasta el final de sus días. Y de los nuestros. Pues en vida no siempre habría sido sabio,pero la muerte lo hará sabio para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario