6.24.2012

sunlight.

Los surcos de sus orejas
parecen filigranas de colores
bajo el brillo de un cristal ámbar

Los pequeños lóbulos están 
decorados con un par de pendientes y tapados,
cuando el aire lo permite, 
por su pelo. 

Tan liso como su piel, 
tan profundo
y sedoso
como sus ojos. 

Sus dientes, idealizados,
no son perlas,
si no focos,
que alumbran esta noche tan oscura.

Los labios, rosas,
o rojos, o pálidos,
perfectos,
como estos segundos.

Y por último su cuerpo,
que decir que nadie sepa,
si cuando se oculta el sol,
le hace competencia a la luna.

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