6.10.2012

tú y yo y solo quedaron ellos.

Siempre pensé que tú y yo eramos uno. Pero ¿quién eras tú y qué era yo realmente? ¿Eras, quizá, mi sombra cuando el sol golpea furioso desde las alturas? ¿La canción que me inspiraba cuando estaba decaído? No, no lo creo. Creo que simplemente eras tú, al menos al final, pues en un principio fuiste cada cualidad natural del mundo. Pero solo eras tú porque yo era yo.. pero se torcieron las cosas y cuando mi "yo" se desdobló huidizo entre las sombras del papel me di cuenta de algo: que esa dicotomía es falaz, que no existen dos "yoes", y que yo, solo puedo seguir siendo yo: mi único real yo,  mientras haya alguien dispuesto a leerme. Impensable sería que tratase de aguantar la carga moral que supondría esconderme ante la sociedad con una máscara. Así que sí, basta de bifurcaciones, yo soy mi propio yo y así es él.

Desgraciadamente también me he dado cuenta de algo: el ideal de "tú" se ha transformado del idea renacentista (por decirlo de algún modo); cargado de amor a ser un lector apresurado, con un cigarro en la mano y tarareando una canción de Dylan en lo más recóndito de la mente humana.


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