6.21.2012

insomnio.

Es un error que la virginidad del medio-ambiente se pierda continuamente,sin miramientos.
Es un problema que vivamos al límite,limitando los sentimientos,pues son los que delimitan la mente
entre dos finas líneas que separan la cordura de la locura.
No entiendo tanto tonto lleno de odio,y tanto llorón de lágrimas secas. Como no entiendo que el amanecer sea una hora programada por un satélite y no un momento de intimidad con el universo.
Qué vergüenza da pensar que está infravalorada la belleza de la mente. Soy consciente de que el mundo es un lugar donde el valiente sufre mucho por vencer, pero lo consigue,y que ser cobarde sólo significa no poder volar todo lo alto que me enseñaron en el nido. 
Cerremos el baúl de los disfraces de una vez. Escondámonos del mundo,pero en nuestro mundo,sin salir de él.
Encendamos un par de lámparas de lava y admiremos cómo algo inerte,con ayuda,también logra moverse.
Hagamos estallar el horizonte por el centro,de manera que los bordes dibujen una especie de abrazo fraterno-filial entre la tierra y el cielo.
Luchemos porque dentro de cien mil años,por ejemplo,cualquier especie subterránea,o incluso extraterrestre,disfrute del verbo aprender examinando nuestros cuerpos sin vida encerrados en ámbar.
Dejémonos llevar por el azar. La cara y la cruz son conceptos relativos. Que lo sepas.

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