Es más fácil ser mi caos
que ser mi dios.
Destruir es más sencillo
que crear.
Y ser tormenta.
Es absurdo que me esfuerce
en mejorar.
Y que me entiendan.
Y ladrar es más fructífero
que amar,
y viceversa.
Y analizar,¿de qué nos sirve?
En realidad
esto no es urbe
esto costumbre
rural:
de preguntar,
cotillear,
y despreciar
sin conocer.
Mejor callar.
Dominar la situación
con el silencio.
Ser el duro,
el que odia,
el que oculta,
el que inventa.
Que te otorguen los papeles
más oscuros de la obra.
Que la máscara te esconda
las verdades de tu mente.
Que se vaya el que no vino,
y que no vuelva el que no siente.
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