6.19.2012

Días...


Mañanas cargadas de decepción.
Cada vez más a menudo.
Encontré una forma de decirte te quiero sin palabras,
pero no quisiste entenderla.
Un baile de miradas polarmente iguales reinaba en nuestras conversaciones.
Tardes cargadas de incomodidad.
Cada vez más frecuentes.
Nos llevó tiempo darnos cuenta del error,
un puzle con las piezas equivocadas,
un frasco de perfume vacío,
una lágrima seca...
Noches cargadas de soledad.
Casi permanentes.

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