Y se durmió aquella nevera,y se empezaron a calentar las bebidas que había guardado. Qué asco me da el pis caliente. Y qué asco me da que me pasen estas cosas a mí. Ni con Bach de fondo he conseguido tranquilizarme. Lo reconozco. Y estoy nervioso. Eso también es una confesión. Realmente no sé por qué,cuanto más sólo estoy,más ganas me entran de hablar con alguien. Bueno,realmente realmente,es contigo.Pero tú eres alguien. Quizá es por eso,que de entre tooooda la gente que conozco,y no me conoce, y las pocas personas que he conocido,y ya no recuerdo,eres mi favorita: lo digo en serio.
Y no suelo hablar en serio,porque nadie me escucha en serio. Quizá a ti también te pase a veces. Y también,a veces,tenemos que callarnos un buen rato para escuchar como nadie se escucha a tu alrededor,aunque esté lleno de seres. ¿No es genial? Oyes cosas en tu idioma,y no entiendes qué coño dicen. Es como un ruido familiar,a veces también,desagradable,pero soportable. Y eso que lo emiten seres,de por sí,insoportables.
Al final te quedas con la conclusión de que escuchar no vale,porque no saben hablar. ¿Y tú qué? Sabes hablar,o eso te crees.
Plantéate hablarles alto y claro a esos zombies de mierda. No tengo claro si te escucharán. Si lo hacen,no creo que te entiendan. ¿Recuerdas el ruido del que te hablaba? Para ellos tú eres uno de esos zombies que interactúan con su propio ser. Una planta marginada llena de ideas propias que no valen una mierda. El muñeco roto y la colonia fuerte. Vas desde el mendigo que pide,hasta el banquero que roba. Te miran como si fueras una amenaza a su monotonía de ciudad gris y estúpida.
No te esfuerces. Cuando oigas una voz alta y clara,seré yo. Te estaré viendo.y comprenderás lo que estás leyendo. Seré tu intérprete,y tu lazarillo si no distingues bien lo que ves.
Hasta ese momento,disfruta de tu voz,pues será lo único que escuches nítida y constantemente por siempre jamás.
Y recoge los zapatos de tu cuarto.Y abre la ventana.
Cuida los momentos de descanso,que mañana
viajamos en ascenso a otra galaxia.
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