Tienes una pistola en la mano, por el peso notas que está cargada. Una voz te dice por un altavoz que hagas lo que hagas con ella no serás castigado, a no ser claro, que incumplas con lo que esa misma voz dirá a continuación; se oye nítida y las instrucciones son precisas: Debes disparar el arma y matar al menos a una persona, la cual puedes ser tu mismo o cualquier persona que veas por la calle. Si desobedeces y no acciones el mecanismo del arma, condenarás a ciento cincuenta y dos personas a una vida horrible en los escombros de la putrefacción humana. Tranquilo, jamás conocerás ni habrás conocido a estas personas. Lo único que tienes que hacer, aunque parezca una acción enorme, es suicidarte o matar a otro ser humano.
Y ahora dime ¿Realmente aceptarías un viaje al otro barrio, o por el contrario concederías tal viaje a un desafortunado, condenandolo en el más allá, en el caso improbable de que este existiera, por un bien mayor? Lo mejor sería optar por el suicidio, no jugarías a ser Dios ¿Serías capaz de ser un héroe, evitar la tentación de vivir y sacrificarte por los demás ? Yo te aseguro que no. Y eso, eso es muy duro. ¿O quizá, sería mejor, ser un poco menos héroe y seguir viviendo? Quizá lo mejor sea no hacer nada e incumplir las normas. Estoy seguro de que has pensando eso.
Y ahora dime ¿Realmente aceptarías un viaje al otro barrio, o por el contrario concederías tal viaje a un desafortunado, condenandolo en el más allá, en el caso improbable de que este existiera, por un bien mayor? Lo mejor sería optar por el suicidio, no jugarías a ser Dios ¿Serías capaz de ser un héroe, evitar la tentación de vivir y sacrificarte por los demás ? Yo te aseguro que no. Y eso, eso es muy duro. ¿O quizá, sería mejor, ser un poco menos héroe y seguir viviendo? Quizá lo mejor sea no hacer nada e incumplir las normas. Estoy seguro de que has pensando eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario