4.26.2012

Para el que pilla el punto con rallas y termina en coma.

Cuando me dijo que saliera de ahí no supe muy bien como interpretar sus palabras. Lo más normal sería abandonar el lugar donde me encontraba. Le dí varias vueltas a esta cuestión en el menor tiempo posible, por primera vez en mi vida no sabia como actuar. Es extraño ver como las palabras pueden jugar en varios niveles, mismamente, ayer, que por cierto no era un día como hoy, sino que  era algo más, o menos, depende del punto de vista, interesante, pude ver con mis propios ojos la expresión "vete de aquí" no era para nada similar, en cuanto contenido y tono, a la que esa mujer, desde la cama, a todo esto, desecha y húmeda, así como ligeramente blanca por el paso del tiempo, me ha había dicho. Intuía una ligera muestra de desprecio, palpable incluso, por no decir que estaba a la vista, así como un ligero ápice de intención sexual que, de todos los seres, quizás tan solo hombres, o mujeres, siendo yo la excepción, o quizá ambos, que pudieron haber pasado esa misma situación donde yo me encontraba, apoyados en el mismo marco de madera, de roble por cierto, muestra inequívoca de elegancia, dinero y carisma, debí ser el único que de tal frase sacó, el ya mencionado, alto contenido sexual. Esto se debe, en parte, a que me gusta tanto el sexo como las comas y, teniendo en cuenta que en ese momento de mi vida, el cual no era para nada agradable, aborrecía los puntos y por consecuencia, no era el momento oportuno para interrumpir la situación dándole ninguna pausa y ante tal hecho, debía intentar que la vorágine erótica que me estaba absorbiendo las fibras, a la par que generaba sudor por todo mi cuerpo, no palideciese, ya que esto, en resumen, que el flujo se detuviese, provocaría, o más bien, sentenciaría, la única posibilidad de sexo durante aquella noche y eso era algo imposible, pero, y debido al mareo que provocaban estos pensamientos en mi cabeza, tuve, por así decirlo, la arrogancia de preguntarle ¿De dónde quieres que me mueva? Craso error, había interrumpido mi frase poniendo un signo de puntuación, a lo que ella, como era obvio, me respondió:

¡De mi puta casa, gilipollas!

Y sin más me fui. Malditas mujeres sin medias comas, espera, ahora que lo pienso... Debería haber sido un poco más puntilloso. Eso es lo que les gusta a las mujeres, joder. No los hombres en estado comatoso. Debería haberme dado cuenta antes.

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