4.30.2012

Untitled #4

Camino bajo la irónica luz
de la luna, icono de la noche y
madre de la oscuridad.
Paso bajo un puente
y se apaga esa bombilla,
aprovecho este momento de calma
para mezclar el monótono sonido
de mis pasos con el ardiente crepitar
de mi conciencia.
Y pienso en ti.
Me interrumpe entonces el dolor
pidiendo limosna.
Le doy las llaves de mi casa
y la dirección mientras enciendo
un cigarro, y
volvemos a tu nombre.
Sigo dándole vueltas a cosas
ya sin sentido, buscando un retazo
de debilidad, un ínfimo hueco por donde
inyectar veneno en el
sagrado antídoto de tu abrazo.
Pero no lo encuentro.
Así que sigo vagando solo,
tocando con los dedos el aire
frío de la mañana, impregnado en el fétido olor
de los optimistas que piensan en la cama
lo que les deparará un día igual que
el ayer.
Creo que eran ocho whiskies cuando
cerré los ojos en la barra...
La cocina estaba limpia.
El dolor había preparado café,
llevaba tu camisa de andar por casa.

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