4.09.2012

Máscaras portadas por humanos, que son eso, máscaras.

Mientras estás leyendo esto están muriendo personas inocentes en todo el mundo. Víctimas de la violencia, del hambre, de las voraces plagas y las temibles enfermedades. Victimas de la indiferencia. Meros datos, recogidos en un papel que nadie leerá, o quizás sí. Y en ese caso ese alguien lo usará en contra de familiares y amigos  a modo de reproche hasta tal punto de degradarlos a nivel inferior al de persona, por el mero hecho de no estar total y únicamente ayudando a los desfavorecidos. Mientras esto ocurre el nuevo "guía radical anti-pobreza" pone cara de indignación y escupe alaridos en contra de las multinacionales (que le visten y esa noche le darán de comer) a la vez que publica ponzoñosas criticas al sistema desde su nuevo Android, IPhone o Blackberry. Y en este místico momento en el que el profeta da absurdas ideas para mejorar el mundo un becerro dorado le dice al oído que un 0.00001% de impuestos en las trasferencias bancarias, asi como un 0.00002% en su sueldo harán que ningún niño pase más hambre en el mundo... Es entonces cuando nuestro ya, odiado personaje, proclama en voz alta: ¿De qué cojones van quitándome mi (haciendo especial hincapié) dinero?.

Y la máscara de hipocresía se rompe al fin contra el suelo y se oye de fondo algo que recuerda a la doble moral, por así decirlo.


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