4.05.2012

Smoke in the air.

Vida entre humo. Humo de sueños, humo convertido en personas (que hablan, ven y saludan), humo que provoca risas, otros que producen lágrimas. Humo espectral. Maldito humo. Humo que te envuelve y te transporta. ¿Que hago aquí? No veo nada, solo humo, humo y más humo. Abrazo el humo, intento ocultarme tras él, no me deja, me delata. ¿Dónde vas humo, dónde vas amigo? Tratas de recuperar el humo. Segundos, minutos, horas. Vuelve el humo. El humo denso, caliente, el humo te mece en tu cama de humo.

Tras la ventana el mundo escupe cada vez más humo, pero hay humos y humos y yo estoy de buenos humos  así que paso de aguantar los malos humos del mundo, ¡y normal que tenga malos humos! viendo los humos con los que no paran de ahumarlo.

Así que me digo que no quiero más humo que mi propio humo, cierro la ventana y me quedo con mi humo, que es mio, y eso me gusta, porque es mi humo y nadie me lo puede quitar. Pero entonces cambio de opinión, como llevo haciendo toda mi vida, y abro la ventana, entonces me quedo solo, porque todos los sueños, personas, refugios y todo lo que el humo provocaba sale disparado por la ventana dejando un vació que solo se puede llenar con humo, pero con mi humo, porque no quiero que entre por la ventana nada malo, como todo ese humo que hay ahí fuera. Así que cierro la ventana de golpe y espero a que vuelva el humo y que con él vuelven las personas, los sueños y la vida.



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