Bien, veo que has despertado. Tranquilizate, estás atado por una razón lógica. Sé que la primera reacción que se le pasaría por la cabeza a un individuo equilibrado sería tratar de correr y huir de este desconocido cuchitril, pero verás, fuera de este lúgubre lugar se encuentra todavía algo aún peor. Ahora que he eliminado, o al menos lo he intentado, esa reacción animal puramente instintiva de huir déjame que te cuente algo que te va a hacer sentir mejor. Mira este sitio, analizalo. Lo conoces, lo conoces mejor que nadie en el mundo, ¿verdad? Bien, ahora recuerda tú historia. Nunca te has atrevido a salir de aquí y has hecho bien, te doy mi palabra. Siempre he valorado tu conformidad y tu huidiza conducta pueril, es increible que a pesar de la curiosidad de tus genes no hayas atrevasado jamás esa puerta.
Siempre hay una razón, la primera es dudar de tu inteligencia, pero sé que no eres imbécil y que sabes perfectamente que detrás de estos muros no hay absolutamente nada y sé que sabes que no hace falta comprobarlo. También sé porque lo sabes y comprendo lo duro que puede llegar a ser para ti, o al menos así debería serlo, saber que este lugar, tan húmedo y oscuro, maltratado por las duras cadenas del tiempo lo hayas creado tú de la nada en la que vives. Y si vives en esa nada, llegaremos a la acertada reflexión de que este lugar no puede ser dotado de existencia sin un mundo donde permitirse el mero lujo de existir y, por lo tanto, sería paradójico que en lugar donde no hay nada, existiera un edificio y donde no existe un edificio, está habitación sería ilógica y, como consecuencia clara, sería imposible que alguien como yo existiera. Mi leve existencia sería la prueba evidente de que tú yo estático en este lugar no existe; se difumina en entre estás no cuatro paredes, ya que estás en un lugar que inexiste en el medio físico. Sin embargo aquí estás y aquí estoy, por lo que algo no funciona bien.
Veo que no has manifestado ni el más leve gesto de sorpresa y es normal, has comprendido que tú realmente no estás aquí y que está conversación jamas ha tenido, tiene o tendrá lugar, por lo que mis palabras no son más que un vacío constante. Fuera, en lo que podrías denominar como un paisaje de no nada, has provocado lluvia, o algo similar a ello, de todos modos eso da igual porque pensar en algo existe en un vacío puro es envitar a la inteligencia, pero da igual, en tu mente se ha creado y ahora el exterior, al gozar de algo, ha ganado una realidad y ha dejado de ser tan aburrido. Sin embargo, es imposible mantener una idea constante, bien cimentada, dentro de tu mente sin que está se resquebraje en pequeñas nimiedades, y como eres un tipo imaginativo, has convertido esas pequeñas cicatrices quiméricas en algo real. Felicidades, ahora el tejado tiene goteras y el agua se filtra a velocidades exorbitantes hasta caer al suelo. Es de esperar que si sigo hablando y mis no palabras siguen saliendo de mi boca, convirtiéndose automáticamente en una nada incaptable para los sentidos, es decir, en ese ya mencionado sobrecogedor vacío que tu cerebro tiene el obligado cumplimiento de hacer real para así poder entenderlo y procesarlo como idea, dándole una imagen, en este caso convirtiendo el no sentido en polvo, en arena. Bien, la sentencia es que mis palabras son polvo que cuajan con el agua del suelo creando un espeso lodazal.
Así que, como mecanismo de defensa para ambos, no me dejas más remedio que darte la libertad para realizar con totalidad las acciones que aquí y ahora te estás planteando que harás cuando vuelvas al plano existe, si te quedas aquí, tu cierto final correspondería a una lenta muerte por asfixia en un lodazal no existente y, si tú mueres, yo moriré.
Espera un segundo, soy consciente de mis palabras, soy consciente de este lugar, de este vacío, de esta nada. Sin embargo tú solo escuchas, ni siquiera asientes, a pesar de que trato de salvarte la vida. ¿Por qué esa apatía? ¿A caso te estás burlando de mi? Espera, ahora lo entiendo. Tu cara no ha cambiado, has hecho todo aquello que te he mandando sin rechistar, me has seguido el juego ¡Tú eres quien realmente no existe, no yo! Yo he creado este lugar. Yo estoy anclado en mi mente. No tú. Quiero salir, tengo que salir...
¿No puedo hacerlo verdad? Estoy dentro de mi, pero no en mi, ahora me doy cuenta. Mi cerebro se mantiene en stand by. Demasiado muerto para vivir, demasiado vivo para morir. Tú lo has sabido desde el principio.
Siempre hay una razón, la primera es dudar de tu inteligencia, pero sé que no eres imbécil y que sabes perfectamente que detrás de estos muros no hay absolutamente nada y sé que sabes que no hace falta comprobarlo. También sé porque lo sabes y comprendo lo duro que puede llegar a ser para ti, o al menos así debería serlo, saber que este lugar, tan húmedo y oscuro, maltratado por las duras cadenas del tiempo lo hayas creado tú de la nada en la que vives. Y si vives en esa nada, llegaremos a la acertada reflexión de que este lugar no puede ser dotado de existencia sin un mundo donde permitirse el mero lujo de existir y, por lo tanto, sería paradójico que en lugar donde no hay nada, existiera un edificio y donde no existe un edificio, está habitación sería ilógica y, como consecuencia clara, sería imposible que alguien como yo existiera. Mi leve existencia sería la prueba evidente de que tú yo estático en este lugar no existe; se difumina en entre estás no cuatro paredes, ya que estás en un lugar que inexiste en el medio físico. Sin embargo aquí estás y aquí estoy, por lo que algo no funciona bien.
Veo que no has manifestado ni el más leve gesto de sorpresa y es normal, has comprendido que tú realmente no estás aquí y que está conversación jamas ha tenido, tiene o tendrá lugar, por lo que mis palabras no son más que un vacío constante. Fuera, en lo que podrías denominar como un paisaje de no nada, has provocado lluvia, o algo similar a ello, de todos modos eso da igual porque pensar en algo existe en un vacío puro es envitar a la inteligencia, pero da igual, en tu mente se ha creado y ahora el exterior, al gozar de algo, ha ganado una realidad y ha dejado de ser tan aburrido. Sin embargo, es imposible mantener una idea constante, bien cimentada, dentro de tu mente sin que está se resquebraje en pequeñas nimiedades, y como eres un tipo imaginativo, has convertido esas pequeñas cicatrices quiméricas en algo real. Felicidades, ahora el tejado tiene goteras y el agua se filtra a velocidades exorbitantes hasta caer al suelo. Es de esperar que si sigo hablando y mis no palabras siguen saliendo de mi boca, convirtiéndose automáticamente en una nada incaptable para los sentidos, es decir, en ese ya mencionado sobrecogedor vacío que tu cerebro tiene el obligado cumplimiento de hacer real para así poder entenderlo y procesarlo como idea, dándole una imagen, en este caso convirtiendo el no sentido en polvo, en arena. Bien, la sentencia es que mis palabras son polvo que cuajan con el agua del suelo creando un espeso lodazal.
Así que, como mecanismo de defensa para ambos, no me dejas más remedio que darte la libertad para realizar con totalidad las acciones que aquí y ahora te estás planteando que harás cuando vuelvas al plano existe, si te quedas aquí, tu cierto final correspondería a una lenta muerte por asfixia en un lodazal no existente y, si tú mueres, yo moriré.
Espera un segundo, soy consciente de mis palabras, soy consciente de este lugar, de este vacío, de esta nada. Sin embargo tú solo escuchas, ni siquiera asientes, a pesar de que trato de salvarte la vida. ¿Por qué esa apatía? ¿A caso te estás burlando de mi? Espera, ahora lo entiendo. Tu cara no ha cambiado, has hecho todo aquello que te he mandando sin rechistar, me has seguido el juego ¡Tú eres quien realmente no existe, no yo! Yo he creado este lugar. Yo estoy anclado en mi mente. No tú. Quiero salir, tengo que salir...
¿No puedo hacerlo verdad? Estoy dentro de mi, pero no en mi, ahora me doy cuenta. Mi cerebro se mantiene en stand by. Demasiado muerto para vivir, demasiado vivo para morir. Tú lo has sabido desde el principio.
-Así es, ha sido un juego, pensé que podrías despertar llegado el momento, pero veo que no, que estás demasiado jodido como para abrir los putos ojos. Deleitate, palpa tus propios barrotes, vas a estar aquí poco tiempo, pero en un lugar donde no hay nada la mera existencia del tiempo sería un absurdo ¿Verdad? Y ahora trata de despertar o dormir, da igual, jamás podrás salir de aquí, pero aún así siempre serás un no rey en tu no reino, o mejor dicho, un no Dios, ya que tienes la libertad creadora para hacer lo que desees, pero mi no señor, ¿Se puede mantener constante un mundo cimentando en nada? Reza para que te desconecten, amigo, tu mente será hoy tu gran pesadilla.
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