4.29.2012

Ensayo sobre la Ipsofilia y la desesperación.

Todo queda demasiado lejos de este lugar. La tierra prometida se vislumbra lejana tras la puesta de sol. El calor del cinturón de la Tierra se encuentra sumergido en la selva virgen, tan distante, tan inalcanzable. El frió ,que cubre la piel y la endurece, es absorbido por las grises nubes que dominan este lugar.

Quiero irme, necesito marcharme; pero no para encontrar un lugar donde vivir, no. No quiero eso, quiero encontrar nada; tierra blanca, estéril, donde poder tirarme y ver pasar las estrellas en las noches de verano. Quiero encontrarme tú a tú con el vacío. Quiero estar aislado del mundo, completamente. No debido a una conducta antisocial, ni a un odio acérrimo hacia este inerte planeta. No lo odio, ni a él ni a las personas, simplemente necesito estar conmigo mismo. Mil kilos de folios blancos, puede que unos cuantos bolígrafos de tinta azul, un mechero, papel y ya sabéis como sigue. Algo de música, quizá de un viejo tocadiscos que funcione a cuerda y unos cuantos vinilos de Bob Dylan. Sí, pero no puedo hacerlo. 

Todo está lejos. Irremediablemente lejos de está tumba de cemento, lejos, muy lejos, tan lejos que apenas puedo imaginarlo. Lejos, como tú, como yo, lejos. Lejos, tan lejos que cuesta pensar en otra cosa que no sea quedarse.


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